Cuando uno paga por una habitación executive en un hotel 5 estrellas, espera más. Los muebles están viejos, así como las puertas. El colchón tiene bultos. Y la limpieza tampoco es la adecuada. Desde que llegamos había pasta de dientes encima del grifo del lavabo. La quitamos dos días después. Había polvo en muchos sitios. Tuve incluso que limpiar el polvo de las perchas antes de poner la ropa. Y hay un ruido-zumbido durante toda la noche, con el aire apagado. Eso sí, la habitación es muy amplia, la cama muy grande y con nuestra tarifa podíamos consumir lo que quisiéramos del minibar.
Al ser invierno, no utilizamos la piscina exterior, pero sí la interior. Las instalaciones (piscina climatizada y saunas) están muy bien, pero se comparten con un hotel 4 estrellas. Así que la piscina estaba llena, incluso con un montón de niños que jugaban como en cualquier otra piscina. Además, según la página web, sólo se permitían niños hasta la 2pm y allí había niños hasta la hora de cierre.
El desayuno es muy variado y rico. Pero no así las cenas-buffet en el The Tabloid. El pan es el que sobró del desayuno, así que está duro. Y la comida está fría e insulsa. Y llega un momento en el que ya no reponen. Una noche estuvo mejor. Creo que porque compartimos el buffet con una celebración de bodas de plata jajaja. Curiosa la mezcla de clientes del hotel con los invitados a la fiesta. El resto de restaurantes no los probamos.
Como punto muy positivo, sus trabajadores. Amables y muy serviciales.