El servicio a la llegada impecable, nos ayudó a aparcar el coche y con el equipaje.
La cena en el hotel exquisita, de las mejores que he probado en Sicilia.
La habitación muy correcta y con una maravillosa vista sobre el Etna que estaba llameante esa noche.
Por la mañana fue toda una decepción. El desayuno un poco caótico... La camarera/recepcionista no es válida para estar sola...faltaba reponer casi todo, no había platos, ni boles para servirse, y muchas mesas sin recoger... A parte de hacer café expreso no daba a basto y con mucho más y le llovían las quejas de los clientes. Muy poco resolutiva, no tenía ni siquiera un mapa para señalizar donde estábamos ni darnos información. Escasa de idiomas...