La atención de la recepción al llegar al hotel fue pésima. En particular, por parte de la recepcionista española que está hasta las 13horas (PAULA) y la que ocupa su puesto por la tarde. Nosotros teníamos reservada una habitación SIN vistas al mar. Cuando llegamos, Paula nos dijo que teníamos asignada la habitación 239 que NO TENÍA vistas al mar y nos ofreció muy amablemente una de VISTAS AL MAR por 60 euros. La cogimos y nos dijo que en ese momento teníamos que pagar los 60 euros. Como había cambio de turno con su compañera, nos dijo que el registro en el hotel nos lo haría su compañera, pero los 60 euros teníamos que pagarlos en ese momento. Y cual fue nuestra sorpresa, cuando su compañera nos asigna la habitación con VISTAS AL MAR y nos vuelven a dar la habitación 239. LA QUE ANTERIORMENTE TENIAMOS ASIGNADA Y SUPUESTAMENTE NO TENÍA VISTAS AL MAR. En ese momento reclamamos que esa habitación nos la habían asignado antes, el trato fue horroroso, llegando a faltarnos el respeto. Claramente se notó que algún chanchullo tenían y que nosotros teníamos razón en lo que defendimos. Ese fue nuestro primer contacto con el hotel, mal sabor de boca nada más llegar.
También he de decir que el trato de las señoras de la limpieza fue estupendo.
El hotel está en un lugar precioso.