El hotel es muy grande, bonito y lleno de espacios increíbles para disfrutar.
Todos fueron muy amables también.
Pero a mí no me gustó mucho. El entorno es horrible, hay un basural al lado y un montón de negocios restaurantes con mesita en la playa al otro lado. Lamentablemente generan demasiada basura que termina botada en la playa. El hotel no usa bombillas plásticas pero ellos sí,
Todos los días salimos a caminar temprano por la playa y la cantidad de basura que bota el mar es realmente preocupante. Miles de bombillas, botellas, suelas de zapato, tapas, lápices, bolsas, paquetes de galletas, de arroz, de yogurt, frascos de jarabe, pedazos de vidrio y hasta un palillo de tejer me encontré!
En el hotel nos dieron una pieza que no nos gustó nada, en el primer piso sin vista y sin sol. Estuvimos bien ignorados, ya que ni la housekeeping fue de tarde a abrir la cama. Tuvimos que llamar y pedirlo todos los días. La comida tampoco me gustó tanto, habían pocas opciones saludables.
Quizás porque nosotros somos más de hoteles exclusivos y este al ser tan grande era masivo.
Los desayunos estaban muy ricos eso sí, con jugos frescos e inclusive agua de coco.
También quisiera felicitarlos porque especifican que no se pueden alimentar a los animales con comida humana, pero quien quiera hacerlo pida el alimento adecuado. Nosotros le dimos comida a los patitos :-)