El hotel en general muy bien. También la situación, justo enfrente de la estación Guillemins. La decoración de la habitación muy bonita. habitación triple espaciosa, también el baño.
Lo único, que la entrada al hotel es ridícula, ya que tiene una fachada muy pequeña y estrecha y también el pasillo de acceso. De hecho pasamos por delante y no nos dimos cuenta de que era nuestro hotel. Deberían de poner un cartel más vistoso en la puerta principal.
El lavabo del baño muy moderno pero poco práctico, se salía toda el agua. Deberían poner "coffee making-facilities", no cuesta nada poner una máquina de calentar agua para que el cliente pueda tomarse un te o algo con ese clima.