Como es normal, tú acudes a la recepción del hotel para recoger las tarjetas y poder entrar a tu habitación. Por ello, pusimos la ubicación en Google y nos llevó al hotel. Cuando entramos, el recepcionista serio que había, nos dijo que ese no era el edificio donde nos alojaríamos: el nuestro estaba mucho más lejos del centro. Pienso que cuando reservas hotel en una ciudad como Roma, donde te mueves caminando, la distancia es muy importante. Y si yo reservo y pago por estar en una localización debo de alojarme ahí.
Cuando llegamos al edificio que nos correspondía, entramos y nos atendió un hombre simpático.
La habitación de techo alto, nueva y moderna. Muy bien por esa parte.
Cuando salimos, había un hombre italiano que fue muy antipático con nosotras. Le preguntamos si podíamos dejar las maletas, nos puso mala cara y nos dijo que volviésemos antes de las 22:00. Le dijimos que nuestro vuelo salía a las 19:00h y que por ello estaríamos ahí sobre las 16:00h.
Cuando llegamos a recoger las maletas, mi compañera se sentó en una de las sillas que hay enfrente de la recepción porque necesitaba descansar y el hombre nos miraba mal en silencio invitándonos así a que nos fuéramos.
Me llevé una decepción muy grande ya que leía comentarios en la web muy buenos acerca del personal. Llego ahí y nunca me he sentido tan incómoda. No es normal que de tres trabajadores, solo uno fuera amable.
En definitiva, mi crítica va hacia la ubicación y hacia el personal.