Aunque el hotel está un poco lejos, desde la estación de milán central, solo es una parada de metro y tres de tren, desde alli, llamas al hotel y vienen a recogerte en coche, el hotel, me encantó, la chica de recepción superamable, hablaba en español, y nos ayudó con todas nuestras dudas, como no podíamos quedarnos hasta la hora del desayuno, nos prepararon unas bolsitas con fruta, zumo y un bollito para que pudiéramos desayunar por el camino. La habitación era un poco pequeña, para una pareja era más que suficiente, con un baño muy comodo, con toallas y albornoces, a mí personalmente, me gustó mucho, y aunque su ubicación no es la mejor, he de decir que para el precio y calidad del hotel, me parece excelente.