Me ha encantado hospedarme en el Parador Nacional de Melilla. Las habitaciones son amplísimas, funcionales, con cuartos de baño grandes y muy completos. La limpieza es irreprochable en las habitaciones y en todas las estancias del Parador. La señal wifi funciona estupendamente y pude trabajar muy bien con mi ordenador. Dormí a pierna suelta en una cama muy cómoda. En la terraza de mi habitación disfruté de las magníficas vistas a la ciudad y al monte Gurugú. Las habitaciones son superluminosas, con un amplísimo ventanal que las aisla perfectamente de cualquier posible inclemencia meteorológica. En el Parador se respira mucha paz, no hay ruidos, es un lugar ideal para descansar, trabajar y relajarse. Además, está a dos pasos del centro de Melilla, que dicho sea de paso es un lugar precioso. El personal de este establecimiento es amabilísimo y brinda y trato exquisito al huésped, haciéndole sentir especial. La comida del restaurante es rica y variada, con una buena carta de vinos. El parking es amplio y gratuito. En fin, me quedé dos noches y me hubiera quedado unas cuantas más. Sin duda volveré. ¡¡¡Recomendable al 200%!!!