Perfecta localización junto al Palacio Real de Olite. Del Palacio Viejo (que es donde se encuentra el Parador) sólo quedaron en pie los muros exteriores. Es decir, todo lo demás es reconstruido posteriormente. La decoración de las salas comunes está bien, ambiente histórico-rústico, aunque podrían modernizarlo un poco.
Al ser un Parador se sobreentiende un cierto prestigio y, la verdad, la habitación que nos tocó fue en otro edificio anexo (que se supone aún más nuevo que el anterior) y el estado es digno de cualquier hotel de hace 30-40 años (luego nos dimos cuenta que está catalogado como 3* y nos decepcionó un poco). Sólo con ver la puerta de la habitación ya deja mucho que desear. La habitación es amplia pero el baño está muy machacado (espejo oxidado, un montón de azulejos del suelo rotos...). Al hacer la reserva sabíamos que la tercera cama es un sofá-cama, pero es que el colchoncito era papel de fumar...
No tiene parking. Sólo se puede acceder con coche a la plaza sin que te multen durante 15-20 min para descargar maletas. Personal de recepción muy amable, nos dieron indicaciones para aparcar gratis fuera del casco histórico.