Lo mejor es su perfecta ubicación para moverse por Roma andando. Además la habitación es bastante amplia, la limpieza es buena y Danielle, el gerente, muy amable y servicial (además sabe español).
El único punto flojo, por decir algo, es que el desayuno se toma en un local frente al edificio donde te hospedas, que abre a las 8, por lo que sí tienes que madrugar y no puedes ir a esa hora te quedas sin desayuno ese día.