Fui con esposa y nieta de 15 años 6 noches en julio, y encontramos lo ofrecido por el albergue y confirmado por tantos huéspedes: un albergue lindo en un tercer piso de un edificio elegante (con ascensor), buena habitación, buen desayuno, óptima ubicación a dos cuadras del Vaticano, óptima oferta de restaurantes, barrio tranquilo y seguro, y sobre todo: un propietario, Raúl, pendiente de detalles, apoyo y, sobre todo, calor humano. Después de 13 años sin visitar Roma, fue un lugar òptimo y económico.