Buena ubicación que te permite moverte y llegar al centro fácilmente. La habitación es buena, a pesar del frío que hace aunque prendas el calefactor. Los baños y las regaderas están muy limpios, y aunque sean compartidos, mantienen una mínima privacidad, que se agradece. Si tu habitación está en el cuarto piso como la nuestra, sufrirás mucho para subir tu equipaje porque no hay elevador. El staff no habla inglés y tampoco hace el esfuerzo por tratar de entenderte, es grosero y hasta burlón. Lleva 20 euros de más porque te lo piden sin avisar cómo depósito de seguridad por la llave de la habitación.