Es un hotel icónico, histórico, de muy alto interés cultural, pero sólo abajo (recepción, salón, salas de te, mobiliario). Las habitaciones se corresponden a una pensión de carretera. Mobiliario bàsico y feo, baño antiquísimo, detalles pésimos (sale agua del vater al suelo, grifos oxidados, ventanas que no encajan etc) Es una pena porque se trata de un Hotel Museo y las habitaciones son un desastre. Por favor, reformad de una vez las instalaciones.