Encontré el hotel de 4 estrellas gracias a una oferta, de casualidad y diría que por un buen precio (ojalá esta linea de hoteles se mantenga esa oferta de precios) La habitación era muy amplia y limpia lo que nos hizo que el ambiente fuera muy acogedor. Tenía una cama enorme, alta y comodísima, con moqueta y una decoración exquisita ,simple, minimalista, así cómo microondas ,mini-frigo, fregadero, plancha con tabla y tetera. Incluye té y café en polvo para hacerte a diario. No sé si está insonorizada, y aunque las ventana no era muy nuevas y estaban algo sucias, apenas se perciben ruidos ya que estabamos en un piso alto y todo fue tranquilo. Lo único que no nos gustó fue el suelo de la ducha (baldosas) , que parece algo antihigiénico y no muy agradable al tacto, y que la ducha no tenía mampara o puerta. Recomendaría mejorar estos aspectos. Nos hubiera gustado que la caja fuerte fuera un poco más grande , para guardar el portátil ,pero el hotel parce bastante seguro. Está algo alejado del centro, pero sabiendo la combinación de metro llegas enseguida y merece la pena totalmente, además en el trayecto descubres la parte nueva de Viena. Sin duda , si pudiera me volvería a alojar por ese precio Por todo lo demás , nos encantaron todos los muebles, desde el diván ,al escritorio ,pasando por las sábanas o el televisor. El servicio fue agradable e incluso nos dejaron un cable para internet ,ya que el wifi iba lento ,además de guardarnos las maletas el último día. Volveríamos.