La ubicación es magnífica, muy silencioso, habitación amplia. Al llegar, aunque en la reserva solicité dos camas, nos dieron la habitación con cama grande, pero al reclamarlo, nos cambiaron de habitación a una con dos camas. No dejaron agua de bienvenida. En mitad de la estancia se acabó el gel de ducha y tuve que llamar para que trajeran uno, mi sorpresa fue que lo rellenan, con nosotras como observadoras (al menos podrían haber traído un bote ya relleno, y ni nos enteramos...). Tan sólo había un par de zapatillas y un albornoz, como si la habitación la tuvieran a medio preparar o fuera individual...