La primera impresión no es muy buena, porque a pesar de tener una recepción reformada, al entrar en la habitación da la sensación de viajar unos años en el tiempo pero luego cambia porque es muy agradable. Nuestra habitación era un apartamento que tenía un pequeño distribuidor al baño, a la habitación principal y al salón-cocina, que estaba perfectamente equipada con frigorífico, horno, lavaplatos y utensilios de cocina, además de mucho espacio para una mesa y sillas y un sofá para ver la tele, además de las camas supletorias. La conexión wifi funciona perfectamente y la televisión, aunque no tenga ningún canal en español era de última generación.
El baño está bien equipado también. El desayuno también es muy bueno, tienen cocina propia y preparan en el momento muchas de las cosas que ofrecen.
Lo mejor, mucho espacio y una habitación muy luminosa (a pesar de que durante nuestra estancia llovió). Lo peor, quizá un poco anticuado.