Lo unico que se paga es la vista de la habitación y la seguridad de la habitación (en mi caso en planta baja).
Si bien el balcon de las habitaciones de planta baja dan directo a la playa, y podrían ingresar ladrones muy facilmente, hay un dispositivo óptico que parece controlar si alguien quiere ingresar y personal del hotel queda hasta altas horas vigiliando. Eso nos dio más tranquilidad, pero nunca dormimos con las ventanas abiertas de cualquier forma.
Lo Malo:
La atención del hotel. El estacionamiento es un desastre, muy chico, y más de 8 autos en un espacio confinado. Tienen que sacar todos los coches antes de darte el tuyo, lo cual deja desatendido a la conserjería.
El café de mañana muy pobre. Pocas opciones, comparadas con otros.
Lo peor:
No te dan shampoo, y ni siquiera un jabón. Lo tuve que pedir en la recepción, que al menos me dieran uno para lavarme las manos. Me contestaron que después me lo daban (estaban sacando 5 autos para poder entregarle su auto al huesped).
El estacionamiento tiene canillas metálicas que no están forradas. Esto causó que se dañara el paragolpes de mi auto en alguna maniobra que realizaron quienes ordenan los autos. Me costó R$200 más con la compañía locadora del vehículo y ellos no se hicieron cargo.
Por R$ 225, esperaba muchísimo más. Un motel muy cercano (Tropico), cobra R$85, e incluye 2 cenas gratis. No tiene vista al mar pero si jabón, shampoo, y hasta hidratante corporal.
Jamás volvería.