El hotel esta muy bien ubicado, esta a 10 minutos caminando de la estación del metro por lo que te puedes mover muy fácil. Las instalaciones son normales, promedio, el cuarto es chico y los muebles viejos y esta descuidado (la puerta del closet no abría, el agua en la regadera no se iba, la tapa de las baterias del control estaba safada), sin embargo para llegar a dormir son suficientes. Lo peor del hotel es el personal, principalmente la señora que limpia las mesas en el desayuno, muy mal encarada, con cero disposición para atender a los huespedes, avienta los platos y los vasos, te da hasta miedo, ni ganas de preguntarle algo te dan, de verdad, solo por esa señora yo no volvería a este hotel nunca. La señorita que está en la recepión de noche es agradable, nos recomendó un buen lugar para cenar cerca (Il Picolo Diavolo), pero todos los demas son promedio, no dan más por ayudarte. A un señor por la mañana le queriamos preguntar algo y nos tuvo esperando en la recepción mucho tiempo porque estaba él hablando por teléfono, terminamos por irnos; a otro le preguntamos como llegar a cierto lugar en metro y le dió tanta flojera explicarnos que mejor nos dijo que nos fueramos en taxi, investigamos por nuestra cuenta y estaba super facil llegar al lugar, tienen cero buen servicio, la gente muy mal encarada, como en todo italia.