Seguro que en su tiempo era un hotel de lujo pero hoy es un poco anticuado y en el medio de nada, lejos de la Costa Amalfitana. Hay gran parking gratis cruzando la calle. Las habitaciones están limpias y espaciosas pero muy simples, me faltaban por ejemplo las lámparas en las mesitas de noche - solo había un luz grande.
La sala de desayuno muy bonita con buenas vistas, super formal, parece que estás en un banquet, camareros trajeados, muy atentos y luego no hay ni una tostadora... Desayuno: sí había fruta (kiwi, mandarina, melón) y verdura (pepino), cornflakes, muesli, un tipo de queso, dos tipos de jamón, un tipo de pan, algunos croisants y repostería y muy buen café / capuccino. Aunque creo que en un hotel de 4 estrellas podría haber más calidad y variedad.
Personal muy amable, se esfuerzan satisfacer el cliente. Por ejemplo no había miel, la hemos pedido y nos han traído en seguida tres paquetes.