Fuimos a este hotel, la experiencia agradable. Una casa antigua transformada en pequeño hotel. El parking detrás de la casa 10 puntos, el personal muy joven pero agradable. Tengo que decir que nos pilló una tormenta y dejar el coche y entrar en la casa y estábamos todos muy mojados. En seguida nos dieron unas toallas limpias, son pequeños detalles, pero son los que marcan la diferencia.
Las camas amplias, el baño un poco pequeño pero limpio y correcto. Los muebles antiguos que dan carácter a la casa y al llegar siempre una bebida fría con vasos a punto de tomar. Otro detalle muy bonito. Tal vez, si tengo que poner algo negativo diria el desayuno, lo siento pero no estaba a la altura del resto. Todo lo demás muy bien. Totalmente aconsejable.