El hotel está ubicado en un polígono industrial, una zona muy fea. Sin embargo, está muy cerca de las estaciones de tren y además, ofrece un servicio de recogida en el centro urbano, por lo que regresar de noche es muy cómodo. El desayuno es delicioso (salvando el café de máquina, que no está a la altura de los exquisitos cafés de Nápoles), el personal es muy atento y el hotel es cómodo y muy limpio.