El hotel está muy céntrico, en el corazón de Malasaña, cerca de tiendas, restaurantes, bares...etc.
Respecto de la habitación, se notaba que estaba restaurada hace poco (al igual que el resto del hotel), era muy silenciosa (pese a ser interior, daba a un patio).
La cama era cómoda, el baño estaba reformado y estaba todo muy limpio. Además, disponía de aire acondicionado y de una pequeña zona para dejar las maletas con un par de escritorios, que lo cierto es que desahogaba bastante la habitación, creando así otro ambiente en la habitación, lo cierto es que nos sorprendió bastante. Tanto los pasillos como el ascensor, muy nuevos y silenciosos. En general era bastante confortable.
En lo relativo al servicio de comidas/desayunos, no puedo opinar puesto que no hicimos uso de tal servicio.
Nosotros fuimos en coche, y lo cierto es que es una calle de acceso algo complicado, y para aparcar tuvimos que ir a un Parking con el que el Hotel tiene convenido un precio de 19€ por día, que pese a estar a un par de minutos caminando del hotel, en coche se tardan prácticamente 20 minutos, lo cual resulta un poco engorroso, pero entendemos que no es culpa del hotel. Y lo cierto es que es una buena solución para aparcar en Madrid.
Por último, el personal de recepción fue agradable, pero notamos que estaban un poco perdidos o desubicados a la hora de facilitar información y realizar el check-in.De hecho, nos hicieron el check-in con una maquina y lo cierto es que fue bastante desastroso.