Las fotos son de otra época, la playa ahora es una ciénaga infestada de mosquitos. Las piscinas están sucias y deterioradas. Los escalones entre habitaciones son toscos y algunos casi insalvables, más de 50 centímetros de alto. La habitación no le funcionaba el aire, nos cambiaron a otra y el ruido era insoportable. El desayuno no es bufete, eliges entre zumo o fruta, huevos revueltos o fritos y tostadas francesas o con mantequilla y mermelada y encima su horario es de 8:30 - 9:30 lo cuál hace imposible compatibilizarlo con cualquier excursión. En definitiva, que no lo recomendaría.