Es uno de los muy contados hoteles de 4 estrellas existentes en esta isla, que por lo demás ofrece una infraestructura turística mínima. Se encuentra en una zona tranquila de la bahía de Praia, capital del país, relativamente cercano al centro aunque no tanto como para ir a pie. La playa no es accesible desde el hotel, hay que salir al exterior y dar un corto paseo de tres minutos. Las instalaciones son funcionales, sin concesiones al lujo ni la ornamentación, pero suficientes para satisfacer las expectativas de una mayoría. Buena parte de las habitaciones gozan de excelentes vistas a la bahía y en especial a la cercana isla de Santa María, sobre todo las situadas en el primer piso y orientadas al exterior. Son amplias (sobre todo las de nivel "ejecutivo"), y confortables. El desayuno buffet tiene el nivel que cabría esperar de un establecimiento como este. Por su parte, el personal es amable y siempre están disponibles para atender los requerimientos de los huéspedes. El wifi es gratuito y funciona razonablemente bien.