He venido a este hotel muchas veces , me encanta su ubicación y las habitaciones son confortables y tienen. O imita muy buena, que disfruto mucho, pues amo cocinar.
Ofrece desayuno, que con los años, ha ido desmejorando de manera notoria.
Cada vez es peor.
Antes habían frutas frescas, ponquesitos, buenos huevos con tocineta, , y salchichas, quesos y mermeladas, además de frutos secos para los cereales.
Hoy en dia, solo comida pre empacada y una avena insípida unas waffles casi plásticas incomibles.
Que lastima.
También eliminaron el snack de la tarde.
La que limpia me boto unos paquetes de dulces cerrados, que había comprado y no se hicieron responsables.
Al llegar la señora del counter que se llama Cecil, le tuve que pedir que me cambiara de cuarto , pues me dio una habitación que quedaba contra los aires acondicionados, súper deprimente y lo hizo de muy mala gana, nunca me había pasado que me atendieran mal en este hotel.
Por otra parte,
Lo redecoraron y de ser acogedor y alegre, lo pusieron en colores grises, que son muy tristes y opacos.
Supongo que es un reflejo del mundo que vivimos, donde nos han quitado la alegría y lo tratan de convertir en algo gris.