El Hotel Marcel es uno de muchas sorpresas. Es de cuatro estrellas, según la publicidad, porque seguramente cumple al mínimo con un código que le permite serlo. Sin embargo quiero prevenirles que el hotel tiene una entrada diminuta, que parece la de un cabaret de mala muerte, que los lleva a un ascensor. Si no lo ven es porque no mide más de un metro con treinta centímetros de ancho. Una vez accesado el elevador, éste los llevará al primer piso del edificio donde se ubica. En este se ubica la recepción.
El hotel en sí debe tener alrededor de 12 metros de frente y como 40 metros de fondo en total. Es diminuto. Por piso deben haber seis habitaciones. La nuestra era una "suite" con dos cuartos. Uno de ellos actuaba como recepción, en donde había una mini mesa de trabajo, el baño y un sofá que también es cama. En el otro había la cama y no mucho más debido a lo pequeño del espacio. La cama, el baño y los pisos se notan limpios y puestos en orden. Dormimos bien y el desayuno complementario fue, sorprendetemente, satisfactorio.
En resumen, es de cuatro estrellas, pero porque debe cumplir al mínimo los requisitos para serlo, pero definitivamente no volvería ni tampoco lo recomendaría. Es un hotel de compra de último momento si es que se tiene que viajar a Francia en tren al día siguiente muy temprano (está cercano a la estación del Norte con el Eurostar), que fue nuestro caso. Estoy seguro que deben haber mejores hoteles cercanos.