El hotel está situado en el corazón del casco antiguo de Cracovia, por lo que te permite, con toda la comodidad del mundo, acceder a cuantas visitas desees. Por otro lado está muy cerca de paradas de taxis, travías, autobuses... lo que facilita las excursiones a otros emplazamientos dignos de visitar como la Mina de Sal, o el campo de concentración de Auswitz.
El servicio de restauración de la ciudad es amplio y variado, por lo que se puede disfrutar de la gastronomía a un precio muy asequible. La ciudad cuenta además con una gran vida social, pese a mis prejuicios por el clima de la ciudad.
La verdad es que recomiendo la visita a una ciudad como Cracovia, y desde luego extiendo esa invitación a hospedarse en el hotel en el que nosotros lo hicimos, en el Venetia Market Square.