Estuvimos sólo una noche, pero el sitio es como para estar muchos días. Aunque eramos cuatro personas, nos alojaron al mismo precio en un apartamento de siete plazas, con dos habitaciones muy grandes, cocina de paso, baño con ducha y bañera, salón grande y terraza-balcón. Muy bien cuidado y bonito. El desayuno estupendo, el precio también. Se podía comer o cenar en su restaurante, aunque en el apartamento se puede cocinar perfectamente. La señora que atendía los desayunos hablaba español (era mejicana).Está en medio de la montaña, a un paso de pueblos estupendos como Oberamergau, palacio Linderhof, o los castillos y el pueblo de Füssen. Muy muy recomendable.