En orden cronológico primero vino lo bueno. Llegamos temprano al hotel y, teniendo la habitación disponible, nos permitieron ingresar unas horas antes. Además, el personal de la recepción siempre fue correcto y amable.
Lo segundo bueno de este hotel es que está muy bien ubicado. Cerca de ambas playas y la terminal de buses.
Al entrar en la habitación quedó claro que, como casi todo en Punta del Este, se paga por mucho más de lo que es, pero en este caso me pareció excesivo hasta para el lugar.
Habitación muy chica, antigua, las camas estaban literalmente pegadas a la pared y sólo una mesa de luz muy pequeña entre ambas. Un aire acondicionado en la habitación que funcionaba pero a las 4 horas empezó a chorrear aguar dentro de la habitación y a la alfombra casi como si hubiera abierto una canilla. La TV por cable con pocos canales habilitados, sin los HD habilitados y una señal que se cortaba permanentemente.
El baño estaba en mejores condiciones que el resto de la habitación aunque, igualmente, era muy pequeño. Las toallas eran pequeñas y de mala calidad y los juegos de baño, para dos personas incompletos además de un sólo shampoo para dos personas que, al igual que los jabones, eran de mala calidad.
Finalmente el desayuno, si bien completo, y como pasó con tantas otras cosas, de mala calidad. Las medialunas realmente malas, el pan lactal para hacer tostadas también, era claramente de los más baratos. No es lo que uno espera cuando abona por una habitación casi U$D330!