Me dieron la habitación número 1 que tiene una ventana sin doble cristal en la planta baja que da justo a la calle y el ruido era infernal, se escuchaba el trafico, las bicis, los peatones e incluso el sonido del semáforo. Dormir es una pesadilla.
En la habitación hay tres interruptores para la luz, pero solo funcionaba uno, el que hay junto a la puerta de entrada, por lo que antes de dormir hay que ir hasta allá para apagar la luz y regresar a la cama a oscuras.
No hay mesa ni silla.
El colchón cómodo.
El baño privado esta bien y limpio.
El personal de recepción muy amable.
Siento mucho poner comentarios negativos pero he dicho la verdad.