Es una casa de huéspedes situada en las afueras de Oxford, pero a escasos diez minutos andando del centro, con paradas de autobús a pocos metros y cerca de la estación de tren. Muy agradable y limpio. Lo mejor la atención de la encargada, muy amable, te hace sentir como en casa
La habitación pequeña pero muy acogedora, el cuarto de baño incluido, con ducha, muy pequeño lo que le hace un poco incomodo. Buena calefacción. El desayuno todos juntos en una única mesa para 8 personas, te/café, cereales, yogures, macedonia de frutas, tostadas, cruasanes, alguna rodaja de embutido. Las habitaciones se distribuyen en 3 pisos, como no tiene ascensor, el subir las maletas a los pisos de arriba por una escalera empinada y estrecha..., pero solo las subes una vez