Hotel muy céntrico, justo enfrente de la Alexanderplatz, y de todo el transporte público. Habitación amplia con baño privado muy amplio, limpieza perfecta, trato amable y zona tranquila, aunque está en pleno centro. Tiene restaurantes cerca a buen precio y varios supermercados y tiendas donde poder comprar, a parte de locales de comida rápida donde poder comer más barato si se quiere, para mi, repetiría sin dudar