Fuimos a este hotel porque nos gustó la idea de ir a un castillo en lo alto de la montaña. Las vistas son increíbles desde el restaurante, pero la habitación era realmente fea. Eran dos pequeñas plantas, la de abajo muy fea, triste, oscura, incómoda con un baño cuya ventana daba al pasillo y arriba el dormitorio. Todo esto opacó lo bueno del hotel, como el muy buen desayuno con una vista hermosa.