Magnifico hotel en una gran extensión de terreno con pocas habitaciones, villas, bastante separadas unas de otras que aporta gran intimidad. Nosotros estuvimos en una villa con vista al mar y merece la pena, la vista no es completa porque hay arboles que te impiden visión total pero aportan naturaleza e intimidad. El diseño de la villa es perfecto tanto en el interior como el exterior. Tiene una piscina de 8x3 metros aproximadamente, un solarium y un cama balinesa cubierta con unas vistas espectaculares. La habitaciones a parte de todas las comodidades tiene un equipo para conectar audio, MP3 o poner un DVD/CD, con lo cual puedes llevar tu música y conectarlo al sistema home cinema que tiene la TV, puedes ponerla al volumen que quieras que no molestarás a nadie, El personal excelente y muy amable desde conductor de buggy hasta el director, intentan personalizar el trato al máximo y muchos saben tu nombre y habitación sin haberte visto antes. La comida correcta pero demasiado cara para lo que es y no hay muchas opciones fuera del hotel. La playa no muy grande pero más que suficiente para las pocas habitaciones del hotel, aguas muy tranquilas y transparentes con mucha vida salvo el coral que está muerto en un 80%. Ideal para snorkeling el hotel tiene el equipamiento, sobra natural en la playa con los árboles y buen servicio de bebidas en la playa. Centro de buceo que viene a recogerte en barco a la playa. Buen gimnasio. No vimos ni mosquitos ni moscas durante nuestra estancia.