La única razón por la que el hotel se encuentre ahorita en buenas condiciones, es porque está nuevo, y aún así, el elevador no funciona. El personal dijo que tiene así ya muchos meses. Tuve que subir a mis hijas a un tercer piso dormidas, una por una. El desayuno, un desastre, pues el bufete no contaba con alimentos, y esperamos todos los comensales hasta 40 minutos para que surtieran huevo, pan, frijoles. En la hora y media que estuve en el restaurant no surtieron ni una sola vez jugo. A las 3:30 de la mañana entraron unos desconocidos a mi habitación, les programaron sus llaves con mi habitación. Yo estaba con mi esposa e hijas. Una situación muy incómoda y alarmante.