El personal de servicio disponía de la simpatía justa, a excepción de una muchacha. Uno de los recepcionistas lo único que hacía era jugar al pc, dejando de lado la atención a los clientes. El ambiente era demasiado ruidoso debido tanto a los otros huéspedes como al tráfico exterior. A lo que respecta al desayuno, este era bastante básico y limitado, aunque podías pedir más tostadas, eso si te las traían con una cara de mala ostia. Lo mejor sin duda era la ubicación del hotel, la cama y la tv.