10/10
Nos cuidaron des de que pusimos el primer pie en el hotel. El hotel dispone de muy pocas habitaciones y parecía que estuviéramos solas. Teníamos una persona que se encargaba de nuestra comodidad, nos ofrecieron hacer una clase de yoga (gratis). El restaurante es solamente vegetariano y la comida está muy buena. Hay un servicio de shuttle hasta Ubud también gratis cada dos horas. Tuvimos un problema con el agua caliente pero enseguida nos lo intentaron arreglar, como vieron que tardarían un poco, nos ofrecieron cambiar de habitación, a una igual y al mismo precio, y además nos invitaron a los postres en la cena por las molestias. El personal fue muy amable.