Nuestra llegada fue hacia medianoche, así que agradecimos disponer de self check-in.
Pudimos aparcar nuestro vehículo fácilmente. Entramos y nos encontramos con nuestra llave en la puerta de la habitación, tal y como nos había comunicado el personal de la guesthouse por e-mail.
Nos hospedamos en la casa Brekkukot. Gracias a sus instalaciones espaciosas, las habitaciones no quedaban tan cerca de las zonas comunes y por la noche todo era silencioso. El suelo estaba impecable ya que no se permitía entrar dentro del recinto sin antes sacarte los zapatos de la calle. Nos sentimos bien acogidos en nuestra habitación privada, disponíamos de dos camas comfortables, armarios y también toallas.
Recomendamos este albergue para estancias largas.