Estuvimos muy contentos y nos movimos con toda facilidad a Estoril, a Cascais, a Sintra y a Lisboa, pero el último día cuando ya nos íbamos a regresar sonó el teléfono a las doce de la noche, s mí se me salió el corazón del susto, pensé en una llamada de casa, entonces una señorita, -la que está en la recepción- me dijo que me había cobrado de más y que tenía que bajar a arreglar el asunto porque tenías que cerrar ese día 22. Bajé furiosa y con toda razón, pero ellos como si nada, tienen gente muy incompetente en la recepción, un día pregunté que qué día era con eso de tercera y cuarta feria y eso y me decía y aseguraba que era jueves y era miércoles. Un desastre.