Es un hotel correcto para una noche de camino entre Inverness y Edimburgo.
Muy sencillo, aunque se nota el esfuerzo de los gestores en hacer la estancia agradable, no tiene las instalaciones y comodidades que buscamos en las vacaciones.
La ubicación es buena para un stop and go, a pie de carrerera, con parking en la puerta.
La cena es tipo pub y el desayuno variado, desde feuta hasta un completo inglés, y el personal amable y predispuesto.