Nos quedamos en este hotel porque en las fotos parecía que estaba muy bien y además la localización era muy buena. Cuando llegamos, con pintas de mochileros después de haber estado 4 días de senderismo en el desierto, nos miraron con incredulidad, como diciendo que hacéis vosotros aquí.
Nos dieron una habitación y no se parecía en nada a todo lo que salía en las fotos, parecía una habitación de la casa de la pradera y las camas eran de muelles.
Bajamos a preguntar si es que no había alguna otra habitación y mirándonos mal nos cambiaron a otra que sí que era como las que habíamos visto online.
La atención fue bastante deficiente, en el restaurante de abajo lo mismo que en la recepción, todos tratándonos con petulancia, eso sin mencionar la horrible sopa de cebolla que me sirvieron con la cebolla cruda.
El hotel tiene alguna planta reformada, pero en general necesita un repasito, está bastante viejo, es el típico hotel que en el pasado sería muy importante e iría la gente rica, pero en la actualidad se ha quedado desfasado.
Por el precio que tiene te puedes alojar en hoteles de 5 estrellas en la zona de Calacoto, y te puedes alojar por mucho menos en hoteles como la casona hotel boutique que está a dos calles de distancia y mucho más bonito y agradable, tanto el sitio como la atención (nos habíamos quedado en ese con anterioridad a la ruta de senderismo).
Lo dicho, si vuelvo a la paz tengo por seguro que no volveré a pisar el hotel presidente y su snobismo.