Para ser de la capital del país más poderoso del mundo, deja mucho que desear, especialmente en el cuarto de baño, no transmitia limpieza, el inodoro nada eficiente, había que tirar de él hasta más de 8 veces para que no hubieran restos de heces (las mareaba más que absorberlas), me recordó a los que me encontré en mi viaje a Cuba. Hostal apartado, cocina pobre, pero supermercado cercano. Sin papel higiénico de recambio disponible a mano.