El punto más fuerte de este hotel es su situación, en pleno centro de la ciudad vieja, al lado de una se las calles principales, pero sin nada de jaleo...perfecto para dormir. En todas las plantas hay carteles avisando de mantener el silencio, aunque siempre hay gente que no cumple las normas, nosotros hemos dormido bien todos los días.
Las habitaciones son amplias, todo está nuevo y bien cuidado
La mujer que regenta el hotel es verdaderamente agradable, te atiende encantada y contesta a todas tus preguntas. Es cierto que a partir de cierta hora (ya por la tarde) en recepción no está ella, sino una chica joven, con poco nivel de inglés y sin ese interés por el cliente.
El hotel no tiene ascensor, así que si llevas una maleta pesada pide la habitación en la planta baja...siempre teniendo en cuenta que es la planta donde puedes tener más ruido por encontrarse en ella la recepción.
No tienen servicio de desayuno, aunque en el hall puedes prepararte café o infusiones a cualquier hora. Tienen un par de mesas con sillas, así que puedes comprar lo que quieres en el 7 Eleven que está a 30 metros y desayunar en ellas.
Nuestra estancia ha sido excelente.