Cuando llegue la construcción tipo castillo o convento me impresionó y provocó curiosidad por lo que, investigue sobre las monjas que alguna ves habitaron este lugar. A nuestra llegada a Concordia el chico de recepción fue muy amable, nos dio indicaciones de cómo llegar a nuestra habitación, ya que esta se localizaba en el tercer piso (M-310), teníamos que usar el elevador, caminar por largos pasillos, abrir más de 6 puertas en un completo silencio que de repente asustaba. Pero después de la primera noche me sentía feliz, segura, es un lugar donde la limpieza se ve y huele en cada rincón, los servicios que ofrecen funcionan al 100%. Recomendaría este lugar por céntrico, la cercanía de paradas a diferentes rutas de autobús y estación del metro a tan solo unos metros, diferentes restaurantes, tiendas comerciales, comercios, en fin fue una agradable experiencia, excelente servicio, amable personal y much seguridad dentro y fuera de Concordia, solo puedo decir GRACIAS POR TODO.