Un hotel de pocas habitaciones pero de atención exquisita.
Estratégicamente desde aquí se visita Sigiriya, Dambulla, Polonnaruva y Anuradhapura. En medio de una zona de vegetación a 2 km del pueblo.
Es fácil llegar con los carteles de indicación desde la carretera y Google Maps. Aunque al.ser nuevo algunos conductores no lo conocen.
La planta baja consta de recepción, un pequeño restaurante con unas mesas con zona de aire acondicionado y otras al aire libre y una gran piscina con el agua siempre caliente y muy limpia, no saldrías nunca !!
Hay pocos empleados pero se desviven haciendo de todo y bien, y extremadamente amables siempre aunque no paran. Un día estuve sin salir del hotel por una indisposición y lo comprobé.
La habitación, amplia cómoda y limpísima, con amplias y preciosas vistas a la piscina y el bosque (hay monos en los árboles !). El aire acondicionado refresca la habitación en menos de 1 minuto.
Varios puntos de Wi fi por el recinto, con la misma contraseña, funciona muy bien.
En el desayuno te pasan un listado para escoger lo que quieras, muy variado y bueno. La carta del restaurante es muy corta, pero son elásticos y nos hicieron algún plato que no estaba en la carta. Y el cocinero es muy bueno. Todo amabilidad.
Una gran experiencia, gracias !