Hotel céntrico, acogedor. El personal muy atento, lo único que el español no lo controlan mucho, pero como en casi toda Roma.... El desayuno no es muy grande, pero esta mas que suficiente, además el personal del desayuno muy atento a todo. Las habitaciones son muy cómodas, y completas ( nevera, albornoz, TV, zapatillas...), la cama muy cómoda y las vistas maravillosas.
El primer día tuvimos un problema con el wifi en la habitación y la TV, no aparecía la red, estuvieron intentando arreglarlo toda la noche, y como no pudieron, a la mañana siguiente cambiaron directamente la TV y ¡¡¡perfecto!!! Una gran elección.