Nos alojamos en la habitación Les Milandes, abuhardilla. La habitación está bien salvo que llegues con equipaje para más de un fin semana porque hay que subir dos tramos de escaleras muy empinadas. Lo peor con diferencia, el baño. Con encanto no quiere decir viejo y destartalado. A diferencia de la habitación no estaba reformado. En un baño de los años 50 han hecho una media actualización en los 90, en consecuencia: ducha muy estrecha y con poca presión de agua, bajantes lentas que no desaguan y accesorios muy viejos. El desayuno con poca variedad, mejorable. En definitiva, buenas intenciones pero que no son suficientes. Pagamos 160€ por noche y seguro que en Sarlat hay opciones mejores por ese precio. El pueblo y el entorno impresionantes, merecen una visita y disfrutar de la gastronomía local.