Lo mejor del hotel es su ubicación, muy cerca de la estación central de tren, a escasos 10 o 12 minutos andando y practicamente en el centro de la ciudad. La cama cómoda, pero la habitación muy pequeña. El armario inexistente, sólo puedes poner 3 prendas y ningún otro sitio donde colocar la ropa, ni cajones, ni nada. .Tienes que tenerla todo el tiempo en la maleta. Hemos estado 4 noches y nunca vinieron para hacer los baños y para hacer las camas, ni para limpiar..La habitación que nos tocó no se podían abrir las ventanas, por lo que el ambiente estaba un poco viciado. Lo recomiendo para pocas noches