A las cabañas le falta mantenimiento. Nos dieron la cabaña 6 al costado de la ruta, cada vez que pasaba un camión vibraban los vidrios, y al costado estaban haciendo otra cabaña, o sea estuvimos todo el día con ruido. Pedimos que nos cambien de cabaña, y en la recepción, una tal Mariana nos atendió muy mal, diciendo que estaba todo lleno sin haberse fijado. Resaltó la atención de Ariadna que le puso voluntad y nos cambió de cabaña, a la 13b. Estaba muchísimo mejor, igualmente la limpieza y mantenimiento deja bastante que desear. El restaurante muy bueno, y rico, un poco caro para los platos que tienen en la carta. El entorno increíble, maravilloso. Creo que varía mucho depende que cabaña te toque, hay algunas que tienen una vista preciosa y otras dan a la ruta y ves los camiones, por el mismo precio. Descartando a Mariana, todo el resto del
Personal muy amable.