Increíble hotel en todos los aspectos. Genial para turismo en pareja de relax. El trato del personal era exquisito, estuvimos una semana y nos acordamos de Raúl, Juanmi, Sergio... las dos chicas de recepción. Todos fueron maravillosos. El hotel tiene una piscina grande salada y una mini-piscina jacuzzi. Todo de lujo y limpísimo. Nos dejaban sombrillas para ir a la playa, te ayudaban en todo lo que pudieran en cuanto a consejos o cualquier cosa que puedas necesitar durante tus vacaciones. El último día nos pudimos quedar en las piscinas y nos dejaron utilizar el spa y los vestuarios antes de coger nuestro taxi al aeropuerto. Tienen un pequeño acceso al mar privado donde te puedes bañar dejando tus cosas en las tumbonas de las terrazas y el restaurante es de 10. Los platos todos increíbles, no hay nada que defraudara. En cuanto a la clientela, idónea para viajes en parejas y también LGTB, nosotros somos una pareja gay de dos chicos y nos sentimos como en casa. También hay que mencionar la zona, a un paseo breve de una cala llena de tiendas y restaurantes, pequeños supermercados por la zona, areas de parking a menos de 5 minutos andando y autobus para ir a Mahón. Y por último, el desayuno buffet de este hotel es espectacular. Te cocinan lo que pidas delante de ti, tienen variedades de frutas, cereales, tartas, bollería, desayuno inglés.... todo lo que puedas imaginar y más. Y qué decir de las vistas desde las terrazas, balcones o restaurante.... No queríamos volver a casa. ♥